lunes, 3 de junio de 2013
Nota: Durante las campañas han habido muchas cartas
que los personajes han encontrado en sus aventuras, estas marcan el momento y
las ideas de los personajes del mundo de Arcadia, aquí exploraremos algunas de
esas cartas que he tenido la fortuna de encontrar y el contexto en que fueron
escritas.
Año: 11185 DC
Lugar: Marca de Blackstone en Greystone, Continente
de Manathar.
El caballero Dante de Lahan, paladín al servicio de
Heres llega a las ruinas de Coleth, una pequeña fortaleza ubicada al sur del
camino entre Coleth y Winlar, y donde se ha librado una terrible batalla. En
las ruinas los cuerpos sin vida de los caballeros de la rosa blanca yacen
insepultos al lado de sus enemigos, quienes tras dos días de conflicto se han
retirado repelidos por los bravos caballeros, quienes por honor y lealtad a su
orden han defendido con sus vidas el castillo de la Orden.
La causa de la matanza? La fuente sagrada de la Rosa
blanca, un estanque de sanación que fue creado siglos atrás por Helena Coleth,
la fundadora de la Orden, quien encontró el Sagrado Grial de Pendragon y con
sus poderes creo un estanque que sanaba a las personas enfermas de buen corazón,
un estanque que el pérfido Duque de Winlar deseaba para si mismo.
Cuando Winlar ordeno que la fuente fuera entregada a
el los caballeros vieron su oscuro corazón y se negaron, lo cual desato la cólera
de Winlar y lanzo sus fuerzas a aplastar la orden, y si Winlar esperaba que los
caballeros se rindieran al ver el vasto ejercito que asedio su castillo estaba
equivocado. Los caballeros defendieron sus ideales con su vida y fue tan grande
el valor y la determinación de los caballeros que por cada caballero de la
orden diez soldados de Winlar murieron, al final del segundo día de batalla
solo un puñado de caballeros sobrevivían, fue entonces que el Duque de Winlar
alarmado por las terribles bajas sufridas por sus fuerzas ha dado la orden de
retirarse y reagruparse.
Fue en este breve momento de paz en la locura de la
guerra que el caballero Dante llego a las ruinas de Coleth, buscando el mismo
estanque y cumplir con una cita que tenia con el maestro de la orden, fue allí
que Alfred, el novicio del Castellano Dinas (muerto ya hacia varias horas) le
entrego a Dante la ultima carta de su maestro.
"Señor Dante:
En estos momentos de duras batallas estoy seguro que
un caballero como usted no desfallecerá, que su honor no se quebrara y su
verdadero valor (valía) saldrá a flote.
No temo el porvenir y el final de mi batalla, es mía
por derecho y estoy orgulloso de ella. Por que el camino que he tomado es el
del honor, el del valor y el de los ideales. Uno puede sobrevivir en este mundo
sacrificando estos valores, pero eso no es vida. Por que: ¿De que sirve vivir
si uno no esta orgulloso de sus actos?
Se que si hubiera cedido ante Winlar Coleth seguirá
en pie y sus muros de piedra estarían intactos (en el momento en que escribo
esta carta aun lo están, pero no me engaño, se que el ejercito de Winlar nos
supera) pero si cedía de que valdría
que el castillo permaneciera completo cuando el espíritu de la orden esta roto?
Estas palabras se las escribo caballero Dante por que
si sobrevivió a la batalla, me gustaría que fuera un juez de nuestras victorias
y derrotas, y le dijera a quien le importase que Coleth lucho hasta el final por
aquello en lo que cree.
Wilar desconoce el poder de la fuente, pero se que es
algo que no le beneficiara a ellos, pero usted creo que si podrá hacer uso de
ella, si esta carta lo encuentra a tiempo le ruego que vaya, inténtelo, tiene
mi bendición.
Le deseo la mejor de las suertes y que su destino sea
glorioso.
Dinas de Coleth."
Una segunda carta fue entregada ese día, al joven
caballero Dennis de Coleth, quien fue la mano derecha de Dinas y participo en
la amarga batalla de Coleth hasta el final. Este llego a la batalla junto con
Dante y no alcanzo a estar al lado de su maestro cuando la serpiente oscura se
llevo su vida (apodo de la diosa Shival).
"Estimado Dennis:
En estos momentos oscuros, en los cuales la orden
afronta su más oscuro momento, se que no me defraudaras.
Desde el momento en que te adopte he tratado de darte
lo mejor, de enseñarte todo lo que se, que el propósito más noble es la defensa
del más débil. Se que en estos momentos la orden se acerca a su final, pero no había
otro camino: o bien perdíamos nuestro honor y razón de ser ante Winlar, o perdíamos
nuestras vidas defendiendo aquello en lo que creíamos.
Se que la decisión que tome es la correcta, pido perdón
a Lady Helena por haberle fallado y no haber podido salvar la orden que fundo
con tantos sacrificios, triste fue mi lugar en la historia como ultimo
castellano de la orden de la rosa blanca.
Sin embargo no hay pesar en mi corazón, solo
añoranzas de tiempos mejores, y conservo la esperanza, la esperanza de que algún
día la orden regrese.
Te he criado como al hijo que nunca tuve, y te diré
la verdad, estoy orgulloso de haberte conocido y si sobrevives a estos días sombríos
solo puedo decirte que lleves los ideales de la orden contigo, así esta nunca
morirá.
Te deseo una muerte honorable Dennis, o mejor aun,
una vida digna.
Dinas de Coleth.
Con lagrimas en su corazón Dennis se despidió de
Dante y permaneció junto con sus hermanos de la orden, luchando con ellos hasta
el final. La batalla duro hasta la madrugada del siguiente día, cuando
victorioso Winlar entro en el patio central de la fortaleza construido para
proteger la fuente, sin embargo su alegría se esfumo cuando al entrar en el
agua el estanque se seco repentinamente quedando simplemente un lodazal.
Furioso Winlar ordeno ejecutar a todos los
sobrevivientes de la Orden y se retiro del campo de batalla regresando a su
castillo. De los ochocientos cincuenta caballeros de la orden solo uno sobrevivió,
y su vida fue perdonada en secreto por un caballero de Winlar quien lo escondió
curo sus heridas. Ese mismo invierno el Duque de Winlar murió de una terrible
enfermedad que adquirió en el campo de batalla y nunca se recupero
completamente.
El caballero de Coleth que sobrevivió fue Dennis,
quien se marcho de Blackstone hacia el norte y nunca fue visto de nuevo.
